La manera en que aseamos nuestro cuerpo todos los días ha cambiado con el paso de los años, así como otros aspectos de la vida, también existe la historia de la higiene, que va muchos más allá de solo cepillar los dientes o tomar un baño diariamente.
¿Qué es la higiene?
La Real Academia Española (RAE) define a la higiene como “limpieza o aseo”, además indica que es una parte de la medicina que “tiene por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades”.
Esta palabra proviene del término griego “higieya”, la diosa de la salud en la antigua Grecia, puede entenderse como la serie de hábitos que están relacionados con el cuidado personal para prevenir la aparición de enfermedades.
Evolución de la higiene
El historiador Greg Jenner, citado por la BBC, explica que desde hace 200 mil años, el homo sapiens también realizaba actividades ordinarias que se relacionan con la higiene, como lavar su cuerpo y cuidar sus dientes.
Mucho tiempo después, en la antigua Grecia y Roma, el baño no solo era una expresión social, también era terapéutico; mientras que el época medieval, la higiene solo tenía una importancia estética y no de salud.
En el siglo XIX aparecieron los primeros avances en microbiología, y con ellos, surgió la higiene como concepto. Por otra parte, a partir de la Revolución Industrial se puso más atención al aseo de las fábricas y, en general, de los centros de trabajo.
La Universidad de Alicante, España, afirma que “actualmente las sociedades desarrolladas alcanzan elevados niveles de higiene corporal”, que incluyen el cepillado de dientes, las duchas diarias, la sanitización de manos con gel antibacterial y el uso de prendas ligeras a la hora de hacer ejercicio.
¿Por qué es importante la higiene?
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) afirma que la higiene es importante porque ayuda a prevenir la aparición de enfermedades, ya que muchas “provienen de pequeños bichos que viven en la suciedad y provocan dolor de estómago, diarrea y fiebre”.
Los microbios que causan enfermedades entran al cuerpo cuando las personas consumen alimentos sin lavar, cuando toman agua contaminada, cuando no hay un aseo después de ir al baño y cuando se toca la basura o animales sucios, sin un posterior lavado de las manos.
Una mala higiene perjudica de manera directa la salud de otras personas, porque aumenta el riesgo de transmitir virus y gérmenes a los demás, por ello es necesario poner en práctica buenos hábitos y el más básico es el lavado de manos.
Unicef explica que además de lavar las manos, otros hábitos relacionados con la higiene que se deben seguir, son: cepillarnos los dientes, lavar nuestra ropa, bañar a las mascotas, desinfectar los alimentos y lavar el baño.
Tipos de higiene
La higiene puede clasificarse de diferentes maneras, dependiendo de la aplicación que tenga, tanto a nivel personal como público; cada tipo contribuye a que se prevenga la propagación de enfermedades.
Higiene personal
La higiene personal se refiere al concepto más básico del aseo y cuidado del cuerpo, un ejemplo es cuando las personas se bañan por la mañana, gracias a que William Feetham inventó, en 1767, la ducha como se conoce actualmente.
También tiene que ver con el cepillado de dientes, que ya se practicaba desde la antigua Roma, cuando las personas usaban ramas deshilachadas para mantener su boca lo más limpia posible. A los chinos les debemos el cepillo de dientes moderno y al ejército de Estados Unidos, el cepillado dos veces al día, como mínimo.
Higiene industrial
Además del hogar, los buenos hábitos deben seguirse en el trabajo, esto se conoce como higiene industrial, indispensable para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores en el sitio de trabajo.
Los trabajadores tienen que asearse para prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades, además reducen la exposición a sustancias químicas y contaminantes que podrían causar trastornos de la piel.
Higiene deportiva
Este tipo de higiene se refiere a los hábitos que ayudan a obtener un buen rendimiento durante el ejercicio físico y realizarlo con seguridad a fin de prevenir un accidente. Incluye el uso de ropa transpirable y tomar una ducha después de la actividad física.
Higiene alimentaria
Se pone en práctica principalmente en la cocina, ya que es ahí donde los alimentos y los utensilios tienen que lavarse para eliminar las bacterias. Los hábitos de la higiene alimentaria también se refieren al lavado de manos antes de preparar cualquier platillo y a mantener las superficies, así como el interior del refrigerador y del horno muy limpios para que no exista la contaminación cruzada.
Higiene bucal
La higiene bucal es una práctica antigua, en la antigua Roma y en la India medieval, usaban trapos para limpiar; entre los aristócratas romanos utilizaban un enjuague bucal muy singular: orina humana que importaban de Portugal. Afortunadamente eso cambió y en la década de 1920, se inventó el enjuague bucal cuando el limpiador de pisos se renombró y su fórmula se transformó en los productos actuales.
Beneficios de una correcta higiene
Como lo mencionamos en párrafos anteriores, la higiene tiene beneficios para la salud de las personas, pues hábitos como lavarse las manos después de ir al baño, antes de cocinar, evitan la propagación de gérmenes y virus que propagan enfermedades.
Otro de sus beneficios está relacionado con la autoestima, ya que al estar limpios, nos sentimos mejor con nosotros mismos. De igual manera, al mantenernos bien aseados, obtenemos una buena aceptación social y profesional.
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