Nuestra vida está llena de rutinas que pueden suponer un perjuicio para la conservación del medio ambiente. Debemos pensar en la repercusión que tendrán nuestros actos ante la naturaleza.
- DUCHARSE Y LIMPIARSE LOS DIENTES SIN CERRAR EL AGUA: El agua que podemos desechar si no cerramos el grifo es enorme.
- UTILIZAR DESODORANTES CON AEROSOL: Se comprobó que los aerosoles contienen CFC (Clorofluorocarbono) que afectan la capa de ozono. Si bien es cierto, han regulado el uso de elementos tóxicos en estos productos, no dejan de ser contaminantes.
- TIRAR CHICLE AL SUELO: Los chicles están compuestos en un 80% por plástico, este tiene una duración de cinco años, con el paso del tiempo puede desintegrarse más fácilmente con el sol, sin embargo, debemos procurar no tirarlos a la calle, ya que los pájaros pueden confundirlo con comida y morir a causa de asfixia al intentar digerirlo.
- TIRAR UNA COLILLA: El filtro de los cigarrillos es de acetato de celulosa, la combinación de componentes de la colilla hace que su tiempo de degradación pueda llegar a los diez años.
- DEJAR QUE UN GLOBO SE ESCAPE: Puede que resulte bonito ver escapar un globo, pero estos caben en las bocas de los animales, Ingerir estos globos pueden provocarles la muerte por asfixia o indigestión.
- CONDUCIR DE FORMA EFICIENTE: Entre otras pautas, es importante arrancar el motor sin acelerar o iniciar la marcha justo tras arrancar el motor en motores de gasolina y esperar unos segundos en los coches diésel.